Evangelio de hoy

Martes de la trigésima segunda semana del tiempo ordinario

Evangelio según San Lucas 17,7-10. 
El Señor dijó: 
«Supongamos que uno de ustedes tiene un servidor para arar o cuidar el ganado. Cuando este regresa del campo, ¿acaso le dirá: 'Ven pronto y siéntate a la mesa'? 
¿No le dirá más bien: 'Prepárame la cena y recógete la túnica para servirme hasta que yo haya comido y bebido, y tú comerás y beberás después'? 
¿Deberá mostrarse agradecido con el servidor porque hizo lo que se le mandó? 
Así también ustedes, cuando hayan hecho todo lo que se les mande, digan: 'Somos simples servidores, no hemos hecho más que cumplir con nuestro deber'.» 





Reflexión:

Somos simples servidores
    No os canséis de buscar la causa de los grandes problemas de la humanidad. Contentaos de hacer lo que está en vuestras manos par resolverlos aportando vuestra ayuda a los que tienen necesidad de ella. Algunos me dicen que haciendo caridad a los demás descargamos a los Estados de sus responsabilidades hacia los necesitados y los pobres. No me quiebro la cabeza por ello porque, generalmente, los Estados no ofrecen amor. Hago simplemente todo lo que puedo hacer, el resto no es de mi competencia.

    ¡Dios ha sido tan bueno con nosotros! Trabajar con amor es siempre un medio para acercarnos a él. ¡Mirad lo que Cristo hizo durante su vida terrena! “Pasó haciendo el bien.” (Hch 10,38) Les recuerdo a mis hermanas que Cristo pasó los tres años de su vida pública curando enfermos, leprosos, niños y otros. Es exactamente lo que hacemos nosotras, predicando el evangelio con nuestras obras.

    Consideramos que servir a los demás es un privilegio. Intentamos en cada  momento hacerlo de todo corazón. Sabemos bien que nuestra acción no es más que una gota en el océano, pero sin nuestra acción esta gota faltaría.

Santa Teresa de Calcuta (1910-1997), fundadora de las Hermanas Misioneras de la Caridad 
Un camino muy sencillo

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